Bañera iluminada: cromoterapia en casa

La iluminación de color en los baños no es sólo decorativa, también tiene un efecto terapéutico. Este efecto se llama cromoterapia.

Cada color del espectro tiene su propia longitud de onda (radiación electromagnética) y tiene un efecto terapéutico específico sobre el sistema nervioso.

Una luz tiene un efecto relajante, calmante y analgésico, mientras que la otra tonifica y estimula.

Indicaciones de la cromoterapia:

• trastornos del sistema nervioso;
• trastornos metabólicos;
• ataques de pánico;
• insomnio;
• depresión;
• dolor postraumático;
• aumento de la fatiga;
• alteraciones del biorritmo;
• trastornos circulatorios y cardiovasculares;
• rehabilitación después de la cirugía.

La cromoterapia también tiene contraindicaciones. Lo más frecuente es que se produzcan de forma individual, en función del estado de salud general del paciente. Por ejemplo, los tonos rojos afectan al corazón, lo que puede afectar negativamente a los pacientes hipertensos. Las sombras frías tienen un efecto sedante, por lo que no se recomiendan para personas melancólicas, y la luz intermitente está estrictamente contraindicada para la epilepsia.

El mejor efecto se consigue en combinación con el baño de agua. El agua caliente alivia la tensión, te relaja, despeja tu energía y te permite sintonizar con el tratamiento. Se pueden distinguir tres técnicas principales de cromoterapia:

• Luminiscente;
• molecular;
• visual.

Terapia luminiscente es el paso de luz blanca a través de filtros de color, cuya salida forma un haz de un color determinado.

En la cromoterapia molecular Los filtros son pomadas, geles u otros productos especiales, incluidos los productos homeopáticos.

Terapia visual es mirar fotos y estar rodeado de objetos de un color determinado. Aquí el efecto es a través de la percepción visual.

Cada color tiene su propio efecto terapéutico.

• El azul tiene la longitud de onda más larga y, por tanto, tiene un efecto más fuerte sobre el sistema nervioso, teniendo un efecto relajante. La violeta está indicada para el nerviosismo, el dolor y alivia la ansiedad y la inquietud. El azul revela un efecto relajante y de descanso. El azul es tranquilizador, calma el insomnio, alivia la ansiedad, el dolor menstrual y aporta una sensación de calma.
• Los tonos cálidos, por el contrario, energizan, irritan el sistema nervioso, lo tonifican. El rojo es ideal para el cansancio, estimula el sistema nervioso, acelera los latidos del corazón, mejora la circulación y da energía. Indicado para la baja presión arterial y la hipotermia. El naranja no es tan agresivo. Es relajante y da una sensación de confort psicológico al tiempo que alivia la apatía y la melancolía. Los colores naranjas energizan, estimulan el apetito, ayudan con el asma y las alergias. El amarillo estimula la actividad cerebral, favorece la comunicación, alivia la fatiga y vigoriza. Este color se recomienda en caso de alto estrés psicológico y mental, por ejemplo, durante las sesiones. El amarillo mejora la digestión y el metabolismo y ayuda a perder peso.
• La media de oro es verde. Se asocia con la frescura, el verdor, la salud, llena una sensación de armonía. Ayuda a aliviar la tensión muscular de los ojos, la fatiga, los dolores de cabeza, mejora el metabolismo. El verde tiene un efecto calmante sobre el sistema nervioso, pero no tan supresivo como el azul.

La cromoterapia puede tener un efecto importante sobre el sistema nervioso, relajando o energizando. Pero en el caso de las enfermedades graves sólo actúa como procedimiento terapéutico complementario, y no como terapia independiente. Para saber qué tonos son los más eficaces, pregunte a un especialista en cromoterapia.