Termostato para calentadores de agua

La compra de un calentador de agua no es un asunto sencillo, y debe hacerse con responsabilidad, ya que está comprando un aparato que determinará el confort de su familia durante los próximos años. Aunque un calentador de agua doméstico no es un electrodoméstico complicado y extendido, la elección de uno suele ser un verdadero reto.

Para conseguir el aparato adecuado, hay que saber mucho sobre los tipos de calentadores de agua y los principales componentes de estos aparatos. En este artículo, le hablaremos de una parte tan importante del calentador como es el termostato.

Propósito
El termostato es un dispositivo diseñado para mantener la temperatura del agua dentro de los límites establecidos. Actúa como una especie de "interruptor de seguridad" que protege el aparato del sobrecalentamiento. El termostato controla la temperatura del agua en el depósito, iniciando y deteniendo el proceso de calentamiento.

Además de automatizar el funcionamiento del aparato, el termostato también es responsable del uso seguro del calentador. Porque si la temperatura se eleva por encima de lo normal, la presión dentro del tanque aumenta, y un aumento incontrolado de la presión puede hacer que la unidad explote.

Principio de funcionamiento
A pesar de que casi todos los fabricantes equipan las calderas con termostatos de diferentes modelos, el principio de funcionamiento en todos los dispositivos de este tipo será el mismo.

Para empezar, el usuario fija el valor de la temperatura deseada mediante un regulador especial situado en el panel de control del calentador de agua. A continuación, el agua se calienta hasta la temperatura establecida, y un relé del termostato abre los contactos de la resistencia.
Cuando el agua del depósito se enfría, es decir, la temperatura desciende por debajo del punto de consigna, el relé vuelve a cerrar los contactos y se inicia el proceso de calentamiento.

Tipos de
Los termostatos que equipan los calentadores de agua existen en varias variedades: de varilla, capilares y electrónicos. Examinemos cada una de ellas en detalle.

Termostatos de varilla
Los termostatos de varilla son probablemente los más antiguos de todos estos dispositivos. Son un pequeño tubo de unos 35 cm de largo y 1 cm de ancho. Bajo la influencia de la alta temperatura, el tubo aumenta de tamaño y presiona el interruptor. La desventaja de este sistema es la poca precisión, ya que el tubo puede enfriarse rápidamente, haciendo que la caldera funcione más tiempo del necesario.

Capilar
Los termostatos capilares son posteriores a los reguladores capilares, pero se utilizan desde hace tiempo. También tienen forma de tubo, pero en su interior hay cilindros de líquido, cuya densidad es diferente a la del agua ordinaria. Al calentarse, el líquido aumenta de volumen y el cilindro entra en contacto con una membrana que apaga el dispositivo. Este tipo de termostato tiene una precisión de +/- 3 grados.

Electrónica
Los termostatos electrónicos son los más modernos y precisos de los tipos anteriores. Para un mejor funcionamiento, interactúan con un relé de protección, que permite desconectar la alimentación en caso de emergencia si el depósito del calentador de agua está vacío.

Existe otra clasificación de los termostatos, según la cual estos dispositivos se dividen en los siguientes tipos:
- electromecánico/electrónico - en función del elemento de control clave;
- simple/programable - de acuerdo con la forma en que se establecen las temperaturas;
- montaje en superficie / empotrado - según el método de instalación.

¿Cómo se comprueba el funcionamiento sin fallos?
Incluso las calderas de mejor calidad y más fiables a veces funcionan mal, y a menudo es el termostato el causante de la avería. Es posible diagnosticar una avería de este tipo en casa sin la ayuda de un técnico de reparación.
- Para saber si el termostato está defectuoso, retírelo de la estufa y póngalo en modo de medición de resistencia.
- A continuación, ajuste el valor máximo de temperatura y mida la resistencia en los terminales de entrada y salida del aparato. Si el dispositivo no responde, probablemente el termostato esté defectuoso.
- Si responde, gire el mando al valor mínimo y vuelva a conectar las sondas del comprobador a los contactos.
- A continuación, coge un mechero y calienta con él el tubo del termostato.
Al cabo de un rato el relé debería interrumpir el circuito y el valor de la resistencia subirá. Si no lo hace, el termostato está roto y debe ser sustituido.

Conexión y ajuste
Si, después de realizar un diagnóstico del calentador de agua, descubre que el termostato está defectuoso, debe sustituir el dispositivo por uno nuevo. Es perfectamente posible hacerlo uno mismo.
- Desconecte el calentador de agua de la red eléctrica.
- Bloquee el suministro de agua al calentador, drene el líquido restante del tanque.
- Retire el panel inferior del aparato para poder acceder a la resistencia.
- Retire el anillo de sujeción del elemento calefactor.
- Retire los sensores del termostato y la unidad de control.
- Vuelva a colocar el nuevo termostato.
- Volver a colocar el anillo de presión del calentador, fijar el panel inferior.


Guía de selección
Hemos elaborado una breve lista de consejos para ayudarte a elegir y comprar un nuevo termostato.
- Cuando vaya a la tienda a comprar un nuevo electrodoméstico, llévese la ficha técnica del calentador. Conociendo los parámetros necesarios, el vendedor podrá seleccionar el modelo de termostato adecuado.
- No se apresure a tirar un termostato roto antes de comprar uno nuevo. La marca de su termostato obsoleto es una información útil que le permitirá seleccionar fácilmente un termostato nuevo e idéntico, simplemente mostrándolo al vendedor o introduciéndolo en un cuadro de búsqueda del catálogo en línea.

Si eliges tú mismo el termostato, ten en cuenta las siguientes características: tipo de dispositivo, dimensiones, método de instalación, corriente de funcionamiento, funcionalidad (regulación de la temperatura y/o protección).

Averías y reparaciones frecuentes
Al igual que cualquier otro aparato, el termostato es propenso a sufrir diversas averías, que pueden ser causadas por factores externos o internos. Estas son las averías más frecuentes que se producen en los termostatos de las calderas
- Desgaste del tubo capilar de cobre;
- Contactos defectuosos entre el termorregulador y el calentador;
- mal funcionamiento del elemento calefactor;
- formación de escamas;
- Fallos provocados por las fluctuaciones de tensión.

Independientemente del tipo y la causa de la avería, los expertos no recomiendan reparar el termostato uno mismo. Lo mejor es sustituir un aparato estropeado: es la solución más segura y fiable al problema.

Si no es posible sustituir el termostato por uno nuevo, puede intentar hacerlo usted mismo. El siguiente vídeo le ayudará a hacerlo correctamente.